Crónicas: La Scala de Milán.

Sin duda, uno de los destinos turísticos favoritos para los artistas y, por supuesto, para los músicos es Italia... El post de hoy está dedicado, por ello, a la visita que tuve el privilegio de realizar hace unos días al Museo de La Scala de Milán, lugar en el que disfruté mucho a nivel teatral y musical. No sólo es interesante visitar el teatro; sobrio en el exterior, pero con un interior rico y luminoso, sino también el museo aledaño. 

El teatro fue fundado en 1776 por la emperatriz María Teresa de Austria después del incendio que sufrió el Teatro Regio Ducale; La Scala será inaugurada en 1778 con la ópera de Antonio Salieri "Europa riconosciuta", a partir de entonces se consolidará como uno de los templos líricos más importantes de la historia de la música.

El Museo, por su parte, nace en 1913 con una historia fascinante; la aventura la iniciaron un grupo de intelectuales de Milán que comenzaron las negociaciones para adquirir los tesoros que aquí se muestran por una suma de cuatrocientas mil liras. A partir de entonces, el museo se ha ido enriqueciendo con nuevas colecciones, donaciones y préstamos de otras instituciones.

En él se muestran instrumentos, estatuillas, partituras manuscritas, carteles históricos, reliquias de compositores, bustos, pinturas, porcelanas, mobiliario, fotografías, vestuario, atrezzo... Personalmente, me llamó mucho la atención recorrer las salas y encontrar los retratos de cantantes y actores del siglo XVIII en adelante, era como abrir una ventana y ver pasar a los antiguos divos y divas... Isabella Colbran, Maria Malibran, Giuditta Pasta, Lablache, Ignazio Marini, Adelina Patti...



Además de los retratos, me encantó la sala dedicada al género italiano de la Commedia dell'Arte, género en el que los actores improvisan sobre unos roles utilizando la máscara, la acrobacia y el canto. Las escenas de comedia que se representan derivan de los grabados de Jacques Callot, que a inicios del siglo XVII documentó el florecimiento de este género. 

Como curiosidad, mencionar mi sorpresa al encontrarme las cinco tablas de la colección Sambon atribuidas a un pintor anónimo de la escuela boloñesa, las cuales hemos utilizado en Salix Cantor como imagen de nuestro programa "Tragicomedias". En ellas se reproduce el ímpetu arrogante de las entradas de cómicos, el encanto teatral de los trajes y colores y la magia de los intermedios mímicos improvisados...


Placer para vista y oído esta visita que recomiendo a todo aquel interesado en el bel canto que esté por los alrededores de Milán.

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