Crónica: "El ensayo general de Clementina".


Ayer tarde tuve la enorme suerte de ser una de las afortunadas en disfrutar una entrada doble para el ensayo general de la zarzuela "Clementina" de Luigi Boccherini y libreto de Ramón de la Cruz gracias a la amabilidad de la web www.entradasymas.com.

La zarzuela fue estrenada en 1787 en el Palacio de la Condesa-Duquesa de Benavente de Madrid y consta de dos actos en el que se nos cuenta la historia de Clementina, una joven adoptada por una familia burguesa madrileña enamorada infructuosamente de Don Urbano, un caballero culto y amante de la música... La historia, no exenta de enredos por parte de los criados, la hermana de la misma Clementina -Narcisa-, el ama, el maestro de música de la casa, el padre de las niñas y un marqués pretendiente, retrata perfectamente el ambiente burgués y costumbrista de finales del siglo XVIII; una exquisita muestra de la Ilustración española recuperada para esta ocasión.

La escenografía, el vestuario, la caracterización, nos introducen brillantemente en este ambiente elegante de una casa acomodada del Siglo de las Luces; la historia, sencilla -como presuponen los criterios de la Ilustración-, plantea una debate entre razón y emoción, inclinándose finalmente la balanza hacia el lado de razón y, de algún modo, de la resignación ante la revelación de ciertos hechos... Delicia visual y musical, pero ¡ah!, soy algo más crítica ante el hecho (batalla de todo cantante, todo hay que decirlo) de que se pierda en muchas ocasiones la dicción del texto a la hora de cantar; en ópera, zarzuela o cualquier género que se precie de contar una historia a través de la música debe existir un esfuerzo ímprobo para que toda frase llegue a entenderse y esto, creo, sin duda es la asignatura pendiente del mundo lírico (permítaseme decirlo por propia experiencia y con todo mi respeto hacia el trabajo realizado); grandes voces, ni qué dudarlo, pero en ciertos momentos carentes de una interpretación teatral naturalizada y comprensible a la hora de cantar y de declamar.

Sin lugar a dudas, experiencia muy recomendable, una joyita coqueta del género que merece la pena ser vista y oída. De nuevo, ¡gracias #entradasymas!


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